Curiosidades Albayzineras

Este espacio esta reservado para aquellas pequeñas curiosidades que mejor define nuestro barrio, cancioncillas, personajes, refranes, chascarrillos, frases hechas, etc.

Personaje albayzinero famoso en el barrio entero
El «Mollo», Antonio González Quevedo, en la venta del Loro. Gran conocedor de los campos y sobretodo de las hierbas para toda clase de guisos e infusiones. Esa fué la vida hasta su fallecimiento allá por los años ochenta. Sabedor todo el personal, familias y bares del barrio de sus conocimientos, nunca le faltaron encargos de toda clase de hierbas: tomillo, orégano, romero, cantueso, zahareña, hinojo, collejas, pan de pastor, teticas de vaca, menta poleo y hasta aceitunas lojaime, que ya le dejaban de pedir porque en las casas no había quién las partiera. Durante la guerra civil fue uno de los llamados en el Albayzín «niños de la noche» que con su gran conocimiento del terreno cambiaba de zona a nacionales y republicanos, a todos aquellos que estaban en peligro de ser «analizados» o familias separadas.

(José Luis Puente)

Ir allá a bajos: expresión que utilizaban todos los albaicineros cuando bajaban del barrio y se introducían en el centro de la ciudad para realizar distintas actividades que el barrio no eran posibles, sobretodo asuntos de papeleo.

Tradiciones y fiestas populares en el AlbayzínJusto al comienzo del verano, el 29 de junio se desarrollan en el río Darro las pasaeras, era un juego que consistía en cruzar el cauce del río Darro sobre piedras enjabonadas o con sebo, como una cucaña, sólo para señoritas, que se celebraban con motivo de la festividad de San Pedro y San hablo; se iniciaba la diversión a las siete de la mañana y otorgaban premios la Comisión de Festejos y el comercio. En 1972, fue el último año de las pasaeras.

A encerrar la vieja
Por marzo se encerraba la vieja con un hornazo, cada niño llevaba en una cesta una rosca, un huevo duro y una naranja, este era el festín que te hacia sentir un querubín en el Albayzín. Todos cantábamos la misma canción por doquier y en cada rincón: A encerrar la vieja que es una tía pelleja. La vieja, la vieja, la tía pelleja se tira follones por tos los rincones… a encerrar la vieja, que es una tía pelleja…
El trueque del Tebeo

En un periquete tenías instalado el tenderete, una pinza de madera de la ropa te permitía tender al Capitán Trueno, al Jabato, al Coyote y a Mortadelo y Filemón evitando que se lo llevara el viento aunque soplara como un ciclón. Los demás sobre el suelo descansaban con una buena piedra encima a la espera que la clientela se arrima. A la vista estaba la mercancía para ser intercambiada en espera de nuevas historias que es lo se buscaba y se ansía. La sabiduría popular si que aprendió a reciclar.

Otros modos de llamar a los albaycineros por sus apodos
Entre Enrique Yudes y aquellos de nuestra cosecha dejamos sobre los motes en el Albayzín la tarea medio hecha: el Batato, chusmalacatea, cagarrache, cuatrotiros, colilla, cohetero, culotieso, curiana, bocarradio, bandurrias, enchufista, mollo, panduro, lagañas, mascota, maeras, pichirriqui, seisdedos, sietecasos, trueno, pichele, pesico, sangremuerta, tresrales, veneno, perdigón, muñequita, cojovela, chorrohumo, Antonio el muerto, Antonio y Pepe los tontopeos, la culo gordo, la chocholana, la Pastillas, el hoja pelleja, el sargento colomera, el muela, el paniolla, el cantehondo, la carbonera, el muillo, los de la Mancha Chica, el coronel, el aceites, María la del compas, Antonio el fresco y Carmela la fresca, Pepico el de las inyerciones, Eduardo el Zapatero, el cagalón, Juan Ranas, la marranica, la plasta, el Diamante Rubio, la Malagueña, Antoñico el tonto, la rizaica, la pescuezo, y ….

El gremio de los zapateros en el Albayzín
TODOS los lunes del año celebraba su descanso semanal el gremio de los zapateros, pues aprovechaban el domingo para las chapucillas y remiendos del calzado de las mocitas. Fue famosa en el Albayzín la peña de zapateros «Los Lorenzos», en la que figuraban El Tete, El Puchero, El Títeres, El Matagatos, Zampa Pocobotas, Parranda, El Pudiente, El Marchena y El Hocandero. Los lunes realizaban la peregrinación al ventorrillo del tío Miguel (en la carretera de Murcia, frente al Chorrillo) y, el primero que llegaba, se abastecía de la arroba de vino del lugar y comenzaba a gustarlo y gastarlo, eso sí, llevando la cuenta de las jarras consumidas.
Según llegaban los compañeros, previa consulta contable, se ponían «al día». Todos pagaban por igual y todos bebían por igual. El guiso tradicional de la peña de «Los Lorenzos» fue la moraga, que preparaban con bastante calma en la misma Venta, fuera o dentro, según ambiente.

(José Luis Puente)

Cofradía de los Amigos de la Olla

DESDE hace unos quince años existe la Cofradía de los Amigos de la Olla. Son unas dieciséis personas que, aparte de deleitarse en cualquier buena ocasión con comilonas adecuadas en los mejores alrededores granadinos (Fuente del Hervidero, nacimientos del Beas y del Darro), se reúnen religiosamente todos los sábados del verano a las ocho de la tarde, previa estruendosa llamada con cohetes para despertar de la siesta a los dormilones.

La procesión de la Gran Olla, porteada con angarillas adecuadas, sale del bar Ocaña, sigue la calle del Agua, Plaza Larga, Arco de las Pesas, Ermita de San Cecilio y Plaza de San Nicolás para aposentarse ceremoniosamente en el Mirador de San Nicolás, itinerario que se sobrelleva con estaciones «refrigerantes» y cohetería.

En el Mirador comparten el fresco con el refresco hasta media noche. La Gran Olla se llena de «sangría» o de «limonada» según santoral y hay razones más que suficientes para los expertos en estos «brebajes»:
Sangría: vino tinto de Valdepeñas, azúcar, melocotones e hielo, dándole su punto. Los albaycineros no le echan canela, que produce dolor de cabeza, ni licores, pues los aguardientes los beben por la mañana para matar el «gusanillo».
Limonada: vino blanco, azúcar, plátano, manzanas picadas e hielo, dándole su punto, que consiste en cáscara de limón rallada con terrones de azúcar. Luego se le exprime un poco limón. Hoy se pone el vino blanco en la nevera para que no se agüe tanto con el hielo.

(José Luis Puente)